Una composición corporal saludable va mucho más allá de la apariencia física. Al reducir el porcentaje de grasa corporal y aumentar la masa muscular, se optimiza el metabolismo, mejora la sensibilidad a la insulina, se reducen los riesgos cardiovasculares y se favorece el equilibrio hormonal.
Los nutrientes que consumimos son el combustible del cuerpo. Una alimentación correcta antes, durante y después del ejercicio mejora la resistencia, retrasa la fatiga y acelera la recuperación muscular.
La nutrición deportiva también juega un papel clave en la reparación del tejido muscular, la hidratación y la prevención de lesiones. Una pauta de alimentación bien diseñada ayuda a reducir el riesgo de calambres, fatiga crónica o deficiencias nutricionales que podrían afectar a tu salud y desempeño.
Cada persona tiene objetivos diferentes: aumentar masa muscular, perder grasa, mejorar el rendimiento o simplemente tener más energía. Como nutricionista, puedo ayudarte a construir un plan de alimentación adaptado a tu tipo de deporte, tu cuerpo y tus metas, asegurando un equilibrio entre salud, rendimiento y bienestar.